Cap. II "A la lejanía" - Travesía de año y siete meses.

A la lejanía.

por Sofía C.


Habíamos elegido (de entre los arriendos más económicos que encuentras en la web) una casa internada en medio de un bosque en la IX Región (Región de la Araucanía) en Villarrica. Un lugar del que habíamos oído era lluvioso (contrariamente a la Región de Valparaíso) y con grandes atractivos turísticos que poder visitar.

Uno o dos días después mi mamá se embarcaría en una que sería la aventura más alocada del momento. Llegaría sin conocimientos previos a una región desconocida de la que sabía muy poco y con gente que solo con bastante tiempo llegaríamos a conocer.


Todos en casa alistábamos las últimas cosas, cada integrante de la familia se tuvo que reducir a solo su mochila y un bolso de mano. Algo que fue probablemente lo más difícil ya que, bueno, solo diré que la ropa de 2 mujeres, 3 niñas y dos hombres nunca pensó caer en 7 mochilas de con suerte 30LT cada uno, por lo que hubo que regalar una infinidad de prendas con nuestro enorme pesar. 

Mamá nos escribía y llamaba a cada hora regularmente, cuando la inestable señal del sector no se lo impedía. A todos en casa se les hacía extraño estar sin ella, incluso más para la más pequeña, Victoria, que entonces contaba con solo 7 años de edad. Nos hacía muchas preguntas y creo que realmente nunca logró entender la gran aventura que su madre vivía en aquel momento a más de 500 km cuando ella se encontraba recostada con su pijama en la casa que, todavía y hasta el ultimo momento, le brindó calor. 

Cada vez que mamá colgaba el teléfono de haber hablado con nosotros se sumía de pronto en un mundo completamente diferente y ajeno. La noche caía de repente, estaba sola. No se le permitió prender fuego con leña recogida muerta del bosque ya que según los lugareños, era algo que no se hacía por respeto. Abrigándose bien pudo soportar el frío que tampoco era muy severo.

La casa era de unos 70 mts2, estaba equipada con lo básico, más un sillón moderno una mesita y un cajón guarda leña. Estaba rodeada en toda su parte trasera por un espeso bosque con arboles entre los cuales se encontraban: radales, pinos, gualles, avellanos, lumas, arrayanes, entre otros, y hogar de miles de criaturas silvestres de la zona.

Al llegar la noche aquella viajante se entregaba completamente al sueño y dejaba pasar otro día más de incertidumbre lejos de su familia. A veces llovió, a veces oyó lobos aullar en la lejanía y sintió miedo. Por suerte lobos no habían y solo una jauría de huskies de muching (tiro) del vecino de atrás.

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